miércoles, 3 de agosto de 2011

Más de felicidad en el trabajo ....

¿Qué podemos hacer para tener un trabajo en el que sentirnos felices?

Parece que tres elementos son clave para ello: tensión, relajación y sentido. Son tres ingredientes fundamentales en la vida de las personas. Son clave para nuestro estado emocional. Poseen una enorme influencia sobre la felicidad experimentada y, por tanto, influyen –si bien no directamente- en nuestra forma de abordar el trabajo. El equilibrio entre ellos es particular de cada individuo, pero los ingredientes están ahí. Son los tres necesarios.


Al hablar de relajación hacemos referencia al estado necesario mediante el cual nuestro sistema deja de estar en tensión y se recupera.

El concepto de tensión lo relacionamos cada vez más con el estado de fluidez que definió hace ya años un estudioso de nombre impronunciable: Csikszentmihalyi. El estado de fluidez sucede cuando somos capaces de concentrarnos absolutamente en la resolución de una determinada tarea. Tanto, que a menudo decimos aquello de “se me ha pasado el tiempo volando”. Evidentemente para que una tarea requiera de toda nuestra atención (y sostenida además) debe tener ciertas características: resultar retadora para nosotros y que valoremos que podemos desarrollarla adecuadamente (que no esté extremadamente lejos de nuestras capacidades).

A los dos clásicos del estudio psicológico (tensión-relajación) se une la idea del sentido de lo que hacemos ¿recuerdan el último estadio de la pirámide de Maslow? Pues por ahí vamos. No queremos pasar sin pena ni gloria por esta vida. Queremos aportar nuestro granito de arena a este mundo en el que vivimos.

Los estudios parecen ir mostrando que las personas que tienen estos ingredientes en su trabajo son más felices y trabajan mejor: se enamoran saludablemente de lo que hacen.