Unos dirán que con sobrados motivos y otros que cuando el río suena agua lleva, el caso es que parece evidente que estamos instalados en una importante crisis de liderazgo. Aún pecando de reiterativo por el argumento, la reciente crisis económica y la forma en la que se está gestionando desde aquellos que ostentan el poder y que han de liderar las evolución de nuestra sociedad, ha puesto al descubierto el enorme descrédito y desconfianza que tenemos en nuestros líderes.
Desde otro punto de vista que puede parecer que no tiene nada que ver con el anterior, el auge que en los últimos tiempos está teniendo la Psicología Positiva como marco desde el que abordar los fenómenos psicológicos que podemos denominar como “normales”, nos acerca de forma importante a una visión del liderazgo de marcado carácter humanista.
Los trabajos pioneros de Avolio (Avolio y Gardner, 2005; Luthans y Avolio, 2003) establecieron un nuevo modelo denominado Liderazgo Auténtico. Los líderes auténticos son personas capaces de mostrar una línea de comportamiento regida en gran medida por cuatro principios básicos (basado en el modelo específico propuesto por Walumbwa et al., 2008):
- Transparencia en las relaciones. Los líderes auténticos son personas que se abren a los demás y que se muestran tal como son. Sin miedos. Sin temor a los juicios y a las valoraciones. Más bien al contrario, tratando de encajarlos, valorarlos y obtener lo constructivo que en ellos pueda existir. Sin duda este hecho genera un buen clima de confianza en sus colaboradores que hace que estén dispuestos a compartir también sus pensamientos y emociones.
- Conciencia de sí mismo. Los líderes auténticos tienen un alto conocimiento de sus fortalezas y debilidades. Esto les permite potenciar sus cualidades positivas y diagnosticar velozmente las áreas en las que su comportamiento puede no ser eficaz. Cuando estas personas son conscientes de ello pueden transmitir con claridad y sin temor hasta dónde pueden llegar, qué pueden aportar, y en qué áreas necesitarán ayuda.
- Procesamiento equilibrado. Los líderes auténticos son capaces de examinar de forma objetiva y precisa la información que es relevante para tomar una determinada decisión. Para ello no dudan en recabar información de otros –aunque sepan que puede ser contraria a la suya – con el objetivo de tener una visión lo más amplia y variada posible sobre un problema específico.
- Moral Internalizada. Los líderes auténticos muestran una fuerte auto-regulación de sus comportamientos con base en sus propios valores y principios. Son capaces, en este sentido, de hacer frente a las presiones sociales, jerárquicas, organizacionales, y mantener una línea coherente de conducta soportada en un conjunto de principios y valores personales. El resultado de ello es la coherencia y consistencia de sus acciones.
En definitiva los líderes auténticos se conocen bien a sí mismos, favorecen la transparencia en las relaciones, muestran un eficaz procesamiento de la información para la toma de decisiones y mantienen una línea de comportamiento coherente con un conjunto de valores y principios personales.
A muchos profesionales y académicos este planteamiento del liderazgo nos ha parecido de gran valor por lo que de visión humanista tiene. Pero también nos hemos realizado la pregunta fundamental ……….. ¿funciona?
Pues sí, funciona.
Los estudios realizados hasta la fecha han mostrado que los líderes auténticos son capaces de aumentar la motivación de sus colaboradores, su compromiso y su satisfacción. Cuando se ha estudiado el liderazgo auténtico en empresarios emprendedores se ha descubierto como los líderes auténticos eran capaces de influir en las actitudes y el bienestar de sus empleados y, a través de ello, mejorar el rendimiento de la nueva empresa.
Así pues los empleados que perciben a sus líderes como líderes auténticos tienen niveles más altos de compromiso organizacional, satisfacción y felicidad en el trabajo.
Además …… yo quiero ser yo mismo.